Escrito originalmente en 03/01/2019
Tanto la risa como la excitación por salir del ordinario aburrimiento son necesarios en el diario vivir. Son peligrosos sino sabes manejarlos correctamente. Es un gusto darte lujos, recibir atención por un momento y consentir al niño interior, pero también debes castigarlo para que sea obediente y disciplinado. Edúcate y aprende a disfrutar de la felicidad, no de la adicitiva euforia. La rectitud y el bien amar la vida van de la mano. Es un regulador, una balanza que a la mínima puede arruinar tu vida. Como alguien una vez dijo: "Mientras el rico se educa, el pobre se entretiene."