En mi nace una llama por el deseo de más. Crecer más, comer más, abarcar más, saber más. Una fuerza incontrolable que no tiene idea de cuando parar pero que no piensa dejarse tapar.
Sé que no es impotencia, porque gracias a ella recibo fuerzas.
Sé que no es lujuria, porque controla mis ansias.
Sé que no es deseo, porque conoce mi sueño.
Sé que no es tonteo, porque en ella me veo.
Quema
Duele
Arde
Ama
Juega
Llama.
El espíritu que nace en mí no se basa en la motivación. Se basa en mi humanidad. En mi acción.
El espíritu que yace en mi no se basa en la obtención. Se basa en mi fatalidad. En mi expiración.
El espíritu quema. Ríe. Consigue. Se cansa y repite. Natural y simple. Impetuoso, grande, poderoso.
Un reflejo imposible de ignorar porque te obliga a mirar más allá del horizonte del mar.
Quema
Duele
Abre
Hiere
Grita
Mueve.